lunes, 4 de mayo de 2015

Pan sin amasado


No sé yo si después de descubrir esta receta se van a acabar mis experimentos panarras... porque definitivamente es la manera más sencilla que conozco de conseguir, en casa, un pan delicioso (intenso, sabroso, resistente, con una miga estupenda) sin prácticamente trabajar nada. La culpa del posible fin de mis experimentos con el pan casero la tiene Alicia, la responsable de A mí lo que me gusta es cocinar, un blog que os recomiendo visitar porque tiene propuestas muy sencillas e interesantes. A mí me ha inspirado muchas recetas, y alguna os la he contado ya. Así que me fío de lo que allí se publica, pero reconozco que cuando leí esta entrada desconfié un poco, no me cabía en la cabeza que se pudiera hacer un buen pan sin amasar... pero os aseguro que si se juega con el tiempo y la fermentación larga, el pan se amasa solo. Literalmente. A partir de su receta he hecho algunas pruebas cambiado algunos detalles y el resultado es alucinante, así que os animo a todos los que le tenéis respeto a hacer pan en casa a que probéis así. Y a que luego lo contéis aquí, claro :)

La idea es empezar el día antes, pero sin complicarse demasiado la vida. Por ejemplo, si queréis hacer el pan por la mañana, la tarde-noche antes se prepara la masa: mezclad 300 grs. de harina panificable (si no la encontráis, usad harina de fuerza), 100 grs. de harina integral, una cucharadita y media de sal, una de levadura seca de panadería, y un puñado de semillas de lino. He probado a aumentar la proporción de harina integral (200 grs. + 200 grs. de la blanca) y también queda un pan muy rico. A la mezcla anterior hay que añadirle los líquidos: un chorreón de aceite de oliva (no es imprescindible, pero me gusta) y 300 grs. de agua. Luego se mezcla todo con una cuchara, sin demasiadas contemplaciones. Vais a obtener una masa bastante líquida (lleva un 75% de hidratación), aparentemente imposible de manejar... pero da lo mismo, os recuerdo que no hay que amasar :) Tapad el recipiente bien y dejad que la masa repose toda la noche, a la mañana siguiente veréis que está burbujeando y ha subido mucho. Si hacéis esta operación de día la masa debe reposar 12-18 horas, si jugáis con el reposo en frío dentro de la nevera, pues más tiempo. Ojo si el reposo es de día y hace calor... se os va. Esta receta requiere tiempo, así que si os da el punto de empezar por la mañana y es primavera o verano, hay que hacer una parte del proceso en la nevera. 




Enharinad la encimera y volcad la masa encima con cuidado, para no romper demasiado las burbujas; como está fermentada, os va a hacer falta ayudaros de algo, por ejemplo una espátula o, mejor, una rasqueta. Poneos también harina en las manos y, con cuidado, recoged los cuatro bordes de la masa hacia dentro, formando una especie de hatillo. Dadle la vuelta con cuidado (de manera que los pliegues queden debajo) y colocad el resultado sobre papel de hornear dentro de un recipiente cuyos bordes contengan en parte el invento, porque la masa es muy líquida y, si no, se aplana mucho (en la foto no se ve muy bien, pero he usado una rustidera mediana). 



Espolvoread por encima con más harina, cubrid con un trapo, y dejad reposar mientras preparamos el horno. Hay que precalentarlo al máximo (250º) metiendo dentro dos cosas: la bandeja del horno y, en la base de éste, un recipiente de metal, para que ambas cosas se calienten mucho. Cuando esté a tope colocad el pan con su papel de horno sobre algo que podáis usar a modo de paleta (yo suelo utilizar una tabla con mango) y depositad el pan y el papel sobre la bandeja con un movimiento firme. Inmediatamente, echad algo de agua en el recipiente que habéis puesto en la base del horno, así se crea un golpe de vapor que es muy interesante para la corteza del pan. Bajad la temperatura un poco (por ejemplo 230º-220º) y cocinad el pan media hora, luego sacad el recipiente con el agua, bajad de nuevo la temperatura (esta vez a 200º) y dejadlo unos 20 minutos más. Pasado ese tiempo sacad la hogaza, ponedla sobre una rejilla para que se enfríe (suelo usar la del microondas) y... Vais a flipar!!!! 






4 comentarios:

  1. Quizás deberia animarme con el pan con esta receta fácil según tú porque yo todavía le pongo algún reparo. más que nada por mi ignorancia en el tema. Pero a tí te ha quedado estupendo y con pinta de acompañarlo con lo quieras, que va a estar rico de cualquier forma.
    Un beso.

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  2. pues yo sigo con mi vena panarra dale que te pego al amasado y modelado de diferentes hogazas. Ni te imaginas los domingos panaderos que llevo a las espaldas ;) y ningun resultado me llega a convences, por eso aun no he publicado nada. Estoy cerca de conseguir una receta que salga un pan bueno de verdad. Por que, comestible me salen...pero no como a mi me gustaría. Esta propuesta me parece genial, además explicada con todo lujo de detalles. Tomo nota sin duda!

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  3. Que buena pinta, Susana!!!! Lo probaré este finde. Lo has probado dejarlo en el frigo? Cuantas horas? Besos

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    1. Sí que he probado Cristina y, como siempre, al jugar con el frío se alarga el tiempo de fermentación y el pan gana en sabor :) El día que mejor me ha salido hice la masa por la mañana, la tuve 24 horas en la nevera, e hice el pan a la mañana siguiente. Qué rico!

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